diumenge, 4 de maig del 2014

Chimay: vacaciones de primavera y visita de amigos

Desde agosto que estávamos esperando este momento! La visita de nuestros amigos y sus dos hijos. Llegaron el martes por la noche, ya casi la madrugada más bien, y se han marchado esta tarde, vía Bruselas.

Han sido días de risas, de charlas, de ponernos al día, de hacer planes, de recordar anécdotas de nuestros viajes anteriores, que en 25 años han habido de todo tipo, de ver a nuestros hijos jugar y reír, y comprovar que tenemos mucha suerte de que se lleven tan bien, a pesar de la distancia.

Con nuestros amigos, años atrás, hemos compartido viajes a Alsacia, a Normandía, viajes ajetreados con anécdotas divertidisimas, de esas que te echas unas risas ahora al recordarlas, pero que fueron problemones en su momento. 25 años, o más! Porque no los contamos! En los que hemos crecido, madurado, compartido alegrías y penas, pero, lo que más me gusta destacar, es que los hemos superado, y a pesar de la distancia o de épocas de menos contacto, seguimos compartiendo y cuidándonos. Me gusta decir que somos familia, porque así lo siento.




Así pues, hemos hecho planes en los que el descanso en casa ha sido lo último en lo que hemos pensado, muy a pesar de los niños, que se hubieran pasado todo el día jugando en el jardín.

El primer día lo aprovechamos para enseñarles un poco nuestros alrededores, ir de compras, aprovechar para proveernos de quesos y de productos típicos de la zona, cosa que siempre llama la atención a nuestras visitas y les sorprende, con visita nocturna a Lille incuída.

El segundo día viajamos a Brugges. Una visita de la que disfrutamos muchísimo, horas y horas de caminar por la ciudad, acompañados de un día estupendo de sol y buena temperatura. Como de Brugges ja hablé en este blog, sólo añadiré que, cada vez que visito la ciudad descubro nuevos rincones y nuevos lugares. Esta vez, visitamos los canales, alguna iglesia y aprovechamos para hacer alguna que otra compra en las chocolaterías que se encuentran por toda la ciudad. Una delicia!

El tercer día, y de lo que os quería hablar, visitamos el pueblo, la abadía y el restaurante de Chimay. En esta casa, los hay de muy sibaritas en cuanto a cerveza, vino y demás (yo no "trabajo" ninguno, así que no entiendo mucho del tema, ni soy una buena partener con quien compartir una buena botella). Así que el padre de las criaturas ha de esperar oportunidades como esta, la visita de amistades, para poder disfrutar de una buena cata/degustación. Y más teniendo en cuenta que venimos de tierra de vino y de cava, el Penedès! Así que, para allí que nos fuimos!


"La Chimay est une bière trappiste belge, produite à l'Abbaye Noatre-Dame de Scourmont.
Elle est l'une des six bières en Belgique autorisées à arborer le logo hexagonal Authentic Trappist Product garantissant que le produit est fabriqué au sein d’une abbaye trappiste, par ou sous le contrôle des moines, et qu'une partie des revenus de sa commercialisation est consacrée à des œuvres caritatives.
En 1850, le prince de Chimay invite les moines de l'abbaye de Westvleteren (Flandre-Occidentale) à fonder une nouvelle abbaye cistercienne. Dès 1862, de la bière est produite avec une eau particulièrement douce[réf. nécessaire].
Aujourd'hui[Quand ?], la production dépasse 170,000 hectolitres (plus de 10 % du marché des Bières trappistes et d'abbayes, dont environ la moitié est exporté[réf. nécessaire]) et ce sont des laïcs qui réalisent l'embouteillage sur le site de Baileux (40,000 bouteilles à l'heure) pour ne pas perturber la vie monastique.
La bière de Chimay n'est ni filtrée, ni pasteurisée."

La denominación "Cerveza auténtica trapense" sólo se otorga en el caso de ser un producto 100% fabricado dentro de monasterios cistercienses, como es el caso. (más información http://fr.wikipedia.org/wiki/Produit_trappiste_authentique)




Así que, cogimos los coches, cogimos a las criaturas (las 6!) y nos dimos un viaje de 1'45 minutos hasta la primera parada, que por ser ya la hora de comer, fue directamente el restaurante:


Destacar que este restaurante, y la abadía en si, se encuentran en medio de la nada. Entre campos y bosques! Un paisaje precioso para disfrutar, tanto del rato en coche, como de un paseo a pie por la zona! Increíble lugar!

No teníamos muy buen día (comparado con el anterior en Brugges! Que tuvimos un sol radiante!) así que el exterior, un parque infantil, tanto por el frío como por la ausencia de sol, no fue muy disfrutado (almenos por los adultos, a los niños parece que les da bastante igual que todo esté húmedo o haga frío! Je j ejeje) Tienen una terraza desde donde puedes tomar algo o disfrutar de la comida mientras los niños juegan a escasos metros.
Así pues, de exterior muy poco, y nos fuimos directamente dentro. Se trata de un restaurante bar donde la carta se basa principalmente en la cerveza (tanto en la degustación como ingrediente de salsas, pan, ec), como en sus quesos, de varios tipos, también para degustación, o acompañamiento, salsas, etc.
El precio es moderado y para los niños cuentan con gran variedad en su menú.

Después de la comida (y de sus postres! Mmmm) y una vez los niños habían vuelto a saciarse (un poco) de su hambre de juego en el parque, entramos a visitar el pequeño museo que tienen en el mismo restaurante, junto con una tienda de sus productos, quesos y cerveza, y otros recuerdos.

El musep, muy interesante, cuenta la historia de la abadía y de sus productos. Tiene apartados interactivos, vídeos, fotos, etc. Y es rápido de ver (6€ la entrada) aunque al final tienes derecho a una copa de cerveza de degustación (y de agua para los que no bebemos, claro). Salimos de allí con una botella y unos cuantos quesos, aunque nos costó un poco dejar allí todos los peluches, bolis y demás objetos llamativos que los niños nos pedían.

Una vez acabada la visita, y haber pasado de nuevo por la zona parque (la próxima vez, mejor dejamos los coches en la puerta principal! Je je je je) fuimos a visitar la abadía:

La entrada es libre y se puede visitar los jardines interiores, la iglesia, el cementerio, pasear por los alrededores, etc. A destacar, el climax de silencio y paz que se respiraba allí. Fácilmente, te transportas al pasado, imaginando la vida de estos monges, orando y trabajando en su jardín, a ratos haciendo cerveza, a ratos cuidando de los quesos. En el jardín, presidiendo la entrada, se muestra majestuoso un séquoia de más de 130 años.

A continuación, nos dirigimos a visitar el pueblo de Chimay, pero a esas alturas el tiempo ya era bastante molesto: frío y viento, a las 6 de la tarde. Los pequeños y las madres nos quedamos en el coche, mientras que el resto de la comitiva fue al centro de la localidad, zona peatonal, para hace runas fotos. A destacar, el castillo de Chimay, que para visitar cuenta con unos horarios muy restringidos y que recomendamos que sean consultados con anterioridad a planificar un dia en la zona, puesto que, como nosotros, tuvimos que escoger entre tener una comida y una visita al museo tranquila o salir corriendo a primera hora de la tarde hacia el castillo.

Y después de conocer el pueblo, nos volvimos para casa. En realidad, el plan original incluía cena en Valenciennes, en nuestra crepperie preferida, pero el cansancio del día anterior y el acumulado durante ese día nos pudo más, así que decidimos cenar unos cereales en casa... que acabaron siendo una degustacion de quesos, foie y alguna que otra cerveza (zumo de limón para los no alcohólicos), je je je je

Finalmente, el sábado, día de partida, llegó. Como el vuelo era desde Bruselas, decidimos pasar el día allí, quizás visitando el atomium y la europa en miniatura (http://www.minieurope.com/) y comer por la zona.

Pero el cansancio ya a esas alturas de la semana, después de los madrugones, los paseos, las horas de coche, trasnochar.... eran ya realmente fuertes y no pudimos madrugar lo suficiente para todo. Así que nos conformamos con comer en el brupark, en el restaurante brasileño (mandioca, feijoada, picanha, salgadinhos mmmm pero no pão de queijo! Ohohohoh!) y ver el atomium desde fuera, con visita a la tienda incluida, y de nuevo niños llorando porque comprar camisetas de recuerdo para ellos no era lo que tenían en mente como comprar algo divertido... en fin!)






La verdad es que, de la cantidad de veces que hemos estado en los alrededores del atomium y no habíamos descubierto todavía el brupark! Las veces que nos hemos quedado por allí a comer, hemos acabado sentados en el césped, con un frankfurt de alguna barraca frit de la zona! Cuando a escasos 100 metros hay una multitud de restaurantes, a cual elegir!


Muy recomendable, para pasar un día tranquilo cerca del atomium, con entradas conjuntas al parque mini europa, el parque acuático o el planetario.

Y con estas, llegó el momento d ela despedida, de volver a casa, de empezar con las lavadoras acumuladas, poner orden a la casa, preparar las mochilas para el día siguiente y volver a la rutina, porque, después de dos semanas de vacaciones escolares, todos necesitamos volver a madrugar, a los horarios habituales y a nuestros compromisos diários... La UOC no va a saber ni quien soy!





Ah! Feliz día de la madre a todas las madres! Aqui lo hemos celebrado con una barbacoa, aprovechando este tiempo de primavera :)


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