Hace un mes que llegamos a
nuestra casa para pasar las vacaciones. Por delante, teníamos tres
semanas de casal, que acabaron resultando ser 4 para algunos, y tres
de campus de fútbol (que no hubo más porque no era posible, que si
no..) y mientras me peleo con el mediano para que haga los deberes
(esto es, ponerse al día con su libro de tareas de verano), me viene
a la cabeza hacer un pequeño resumen de lo que ha sido julio para
nosotros.
Mientras el padre de las
criaturas sigue trabajando y viajando de Riadh a Dubai y durante
estas 4 casi 5 semanas que han pasado desde que acabó la escuela en
Lille, hemos podido compartir muchas horas con nuestras amistades.
Por ejemplo, las cenas con amistades del colegio de nuestro mayor
aquí, a los que hay que agradecer que sean tan simpáticas y tan
atentas como para mantenernos en contacto con la vida de aquí y
hacer posible que mis hijos puedan reincorporarse a la vida del
pueblo como si nada ni ningún día hubieran pasado. Los nenes han
disfrutado a lo grande de fiestas de cumpleaños, de tardes de
piscina, de noches de charloteo hasta las tantas... y hemos
comprobado que aunque pasen meses y meses en los que no se vean, esta
tropa cuando se junta no muestra ningún síntoma de que el tiempo
hubiera pasado y son capaces de retomar su amistad allí donde la
dejaron. Esto, a las familias, nos asombra y nos hace felices! Esto
mismo nos ocurre entre las madres, que somos las que más nos movemos
en este sentido, que con cenas y mensajes de whatsup nos mantenemos
en contacto y, personalmente, pienso que es todo un honor que me
acojan de esta manera tan cariñosa e íntima. Gracias y mil gracias.
Del resto de amistades,
incluyendo las que vienen de lejos, de Brasil, también hemos tenido
noticias y oportunidad de reencontrarnos.
Desde desayunos, comidas,
meriendas a cenas, hemos compartido todas las horas del día, algunos
por partida doble y triple, y con otros todavía vamos a volver a
repetir! Me encanta el verano! Porque los días son largos, hay
muchas horas de sol y todos estamos más receptivos y dispuestos a
movernos para organizar algo! Volverse a reencontrar después de
meses en los que sólo los medios digitales nos han permitido saber
los unos de los otros es algo tan especial! Ese primer abrazo de
saludo, fuerte y sincero, lleno de tantas ganas de decirnos cosas es
algo que te recorre todo el cuerpo, como una descarga eléctrica que
te llega al cerebro y te dice "esto es lo que nos hacía
falta!".
Pasearse por el pueblo,
reencontrarse con los conocidos, que te reconocen y te preguntan si
ya vuelves o todavía estás en Brasil, poner un poco al día a los
que no se han enterado todavía que la vida ha cambiado un poco y
sobretodo explicar porque estás "un poco" más gorda que
la última vez también tiene su gracia, aunque ya empiezo a estar
harta de las preguntas un poco fuera de lugar como las típicas "son
todos tuyos?", "otra vez esperando?" o "pero
cuantos piensas tener?" Se que ya lo comenté en el anterior post, pero es que ciertamente es lo que más hastío me está produciendo en este regreso ... preguntas que me hacen pensar que
espera la gente que conteste y que me vienen ganas de responder con
toda la sinceridad del mundo, pero que, por el momento, aguanto como
puedo e intento ser discreta y educada, aunque con un mes por delante
no se como voy a conseguir no dejar rienda suelta a mi
inconsciente....
También me he
reencontrado con mis contactos de facebook. Personas que existen en
un plano virtual y de las que poco se en el plano físico, pero con
las que siempre es una satisfacción poder tener una charla en
persona, algunas por primera vez. Todavía me quedan un par de ellas
con las que reencontrarme, o mejor dicho, encontrarme por primera
vez, aunque haga años (en algunos casos más de 7!) que estamos en
contacto pero que por una cosa o por otra (normalmente, limitaciones
geográficas) no hemos podido tenernos a escasos centímetros. Estoy
ansiosa por coincidir! Y poder saber al fin como suena su voz
Todo esto es la parte rosa
de estas 4 semanas, pero también existe la parte oscura. Aquella
parte en la que, pasados los primeros días o semanas, te das cuenta
de que hay quienes se han acostumbrado a vivirte lejos y te sienten
igual de lejos aún estando a escasos metros o kilómetros. Es
inevitable que el hueco que dejamos cuando desaparecimos del día a
día se haya llenado con otras cosas. Esa inseguridad hacia nuestra
capacidad por podernos valer por nosotros mismos y sentir
responsabilidad por nuestro bienestar ha desaparecido al estar años
fuera del entorno de algunos, por lo que, cuando regresamos a nuestro
espacio, seguimos "on our own" al igual que cuando estamos
a miles de kilómetros. Choque con la realidad.
Quizás de manera
inconsciente, o quizás por nostalgia de los tiempos pasados,
regresar aquí sola con los niños está siendo a veces un poco
decepcionante por eso mismo.... por sentirme sola. Hoy estoy un poco
enferma, quizás con un virus, y también últimamente me siento más
susceptible con lo que me pasa o con lo que se me dice, y quizás eso
sea debido a mi embarazo y por eso me siento potencialmente triste
hoy.... A veces me siento mal conmigo misma por haber esperado más
de algunos, sobretodo cuando he abierto la boca y se me ha negado tal
sentimiento alegando tal o cual razón, a mi punto de vista,
resultado del egoísmo como mecanismo auto-protector en meses de
distancia. Me digo a mi misma, que ya no volverá nunca a ser lo
mismo, y que si me se sola cuando estoy lejos, me he de saber sola
también aquí como parte de la normalidad de nuestra situación,
aunque eso signifique que tenga que dar la misma responsabilidad a mi
hijo de 10 años sobre las pautas de actuación en caso de emergencia
familiar (esto es, que hacer y a quien llamar si a mi me sucede algo,
porque aquí no se enteraría nadie si yo me vuelvo a caer redonda y
estamos en casa nosotros solos).
Por suerte, la parte
positiva supera a la negativa, pero voy a tener que escribirme en un
post-it en mi escritorio que no vuelva a hacerme falsas expectativas
de algo que mi parte racional me dice que es normal. Hemos salido de
nuestro espacio y de la vida de varios. Cuando volvemos, quizás no
sepan como volvernos a "meter" en sus vidas porque nuestra
vuelta es temporal. Aún así, la soledad se hace más patente cuando
estamos cerca que cuando estamos lejos, porque en el primer caso es
explícita y en el segundo implícita.
Cuento los días que
faltan para volver a estar juntos nuestra familia nuclear y volver a
contar sólo con nosotros mismos. Casualmente, entonces, es cuando te
sientes mal porque estás aquí pero ya no estás. Nosotros también
hemos llenado nuestro hueco personal.