dimarts, 30 de gener del 2018

La mujer consorte, segunda parte

Lo he hablado mil veces, del derecho y del revés, con diferentes interlocutoras. Como conclusión, puedo decir que, por mi experiencia, las mujeres que han dejado atrás su vida para formar una nueva en otro país, o bien por amor o bien por trabajo de su pareja, tienen muchas cosas que decir.

Esas cosas suelen ser positivas, si se a logrado mantener unas expectativas laborales o personales realistas y activas. Muy negativas si no ha sido así, o bien te has venido con tu mochila llena de dudas.
(foto libre: https://pixabay.com/es/t%C3%BAnel-silueta-misterioso-fantas%C3%ADa-899053/)

Por lo general (y siempre sobre mi dominio de conocimiento), la pareja que trabaja suele vivir en un plano bastante diferente respecto al de la pareja que le ha seguido, que se queda en casa o trabaja, pero sobretodo de la que se queda en casa.

En un primer momento, el primer año, todo es nuevo, y aunque has de habituarte a tu nueva realidad, tu nueva rutina, te parece hasta incluso “exótico”. El segundo año suele ser el de enfrentamiento con la realidad: Esto es todo?! Si.... lo suele ser. Ya no hay novedad, ya no hay “el año pasado por estas fechas estaba preparando la mudanza” o “estaba despidiéndome de mis amigos”... Es el segundo año en el que te sueles dar cuenta de que puede ser que haya cosas que no te gusten tanto... Si estás expatriado, el segundo año “de la realidad” suele mezclarse con “el último año” y “vuelta a casa”... con lo que el desconcierto suele durar poco...

Pero...que pasa si no tienes fecha de regreso? Y llevas ya 5, 10, 15 años? Sin trabajar, sin tu entorno familiar, sin tus amigos? Levantarte, ir al colegio, volver del colegio, comer, ir al colegio, volver del colegio, hacer deberes.... un día, y otro, de lunes a viernes, sábado-domingo y vuelta a empezar. Un hámster puede ser que tenga más emociones que tú. Y entonces empieza la frustración

Empiezas a echar de menos tener tus proyectos, tus objetivos, charlas con adultos que no sean de tu familia ni por skype. Echas de menos preocupaciones que nada tengan que ver con la vida familiar, tus amistades a las que podías llamar para hacer una escapada al cine o una cena improvisada. Porque, aunque si que es cierto que la vida social la puedes reproducir allí donde estés, a veces no cuentas con un círculo social que no sea el que te has encontrado o bien en la escuela, o bien a partir de los compañeros de trabajo de tu marido o bien a través de las redes sociales de tu lugar de destino. Y aunque haya complicidades, algunas más que con otras, en el fondo todos somos, quizás, o expatriados también, con lo cual se vive entorno a la familia nuclear, porque lo es todo, o medio expatriados! Con lo cual cuentan con unos compromisos familiares del 50% autóctono. Y si son amistades 100% del país de acogida, sus vidas suelen estar ya muy cerradas entorno a familiares y amigos, y tu no sueles caber en ellas, a no ser que pidas la vez con un mes de antelación. Así que, es muy raro poder levantar el teléfono (si es que ahora se pudieran levantar) y decir a alguien, eh! Salgamos hoy, que estoy que me tiro de los pelos entre estas cuatro paredes....

Y allí están estas personas que te dicen, vamos! Y sales, y te diviertes un rato, cenando o yendo al cine, y te olvidas por unos instantes que te sientes en una caja de zapatos. Y te cuestionas, en que momento tu vida empezó a reducirse hasta lo que tienes hoy.... y si eso puede cambiar en algún momento futuro.

Hay mujeres que lanzan un ultimátum a la pareja: o nos volvemos, o me vuelvo. Las hay que directamente se montan la vida con un pié en el destino y otro en el país de origen, volando cada vez que se tiene oportunidad. Otras intentamos recordar una y otra vez porqué nos venimos aquí, e intentamos que “esto funcione”, porque no hay otra. Y este “no hay otra”, para algunas pasa por replantearse porque se casó con quien se casó, o tener que dejar a los niños para volver, o bien volverse sola con los niños y no saber ni como empezar por retomar la vida que dejó atrás, hace ya tantos años, que quizás sea imposible.

No. Para mi no es una opción volver. Esto tiene que funcionar sí o sí. Y en eso estoy pensando, en como tirar del hilo y desenredar la madeja, para saber hasta donde puedo tejerme. Y todas las opciones son válidas, tanto las que pasan por huir, como las que pasan por quedarse y reinventarse! Lo que no es bueno es quedarse en el “me he equivocado, y ahora ya es tarde”. No! No lo es!

Sólo se vive una vez.

Si estás pensando en marchar de expatriación, y quieres saber que te diría desde mi humilde experiencia, esto sería:

  1. No te marches sin preguntarte si estás realmente convencida de que esto también es un proyecto tuyo. Si no lo es, tarde o temprano no te verás capaz de afrontar los obstáculos que puedan aparecer, y podría ser que culpes a tu pareja por ello.
  2. Si para tí es importante, hablad de la fecha de inicio y de la fecha final. Tener un horizonte ayuda a ver la luz al final del túnel y relativizar dificultades.
  3. Ten siempre un proyecto personal, al que no renuncies. Ya sea seguir trabajando, aprender el idioma local, estudiar, etc. Si puedes, búscate un trabajo o compromiso a realizar. Ten objetivo propio.
  4. No te reduzcas a un sólo “tu”. Somos mujeres, madres, hijas, hermanas, profesionales, amigas, amantes, estudiantes... No encasillarte sólo en una “yo”, por ejemplo, el de madre o el de “pareja” durante demasiado tiempo, porque te devora, te absorbe y se come los otros “tus”.
  5. Cuando estés bien, hazlo saber. Pero más importante es hacer saber cuando estás mal. No renuncies a decir lo que te angustia de la expatriación, sólo porque tienes miedo a que tu entorno te castigue con “te lo has buscado tú”. No hace falta llegar a estar irremediablemente mal, para entonces dar un golpe sobre la mesa. Lo mejor es reconocer los pequeños síntomas de aviso y poder actuar a nieles bajos de cambio, que no pasar directamente al: “me cojo las maletas y me vuelvo con los niños”.
  6. Es muy importante que tengas un círculo social diferente al de tu marido (que suele ser de trabajo”, o el que viene impuesto por los actos sociales de tus hijos. Intenta tener tu propio espacio, en el que puedas evadirte y encontrar un nuevo “tu”.
  7. No te dejes. No te olvides. No te relegues al último lugar.
  8. Si todo esto no funciona. Pide ayuda. Estar triste y resignada no es normal.


Sabes cuando te puedes dar cuenta de que algo falla? Cuando en un formulario te pregunten: profesión.... y no sepas que poner. En ese momento, sabrás que algo falla. Sea lo que sea que pongas, has de saber responder a esa pregunta: qué eres tu?  

divendres, 26 de gener del 2018

burn-out materno?


Yo era aquella niña que vivía despacio, con un mundo muy pequeño, que iba del cole a casa, y los fines de semana los pasaba en el apartamento de la playa, lejos de la ciudad, donde no había nadie en invierno y sólo se vivía en verano, con horarios estrictos, aprobara o suspendiera para setiembre. Ya vivirás de adulta! Me decían... no quieras consumir etapas! Todo llega

Yo era aquella adolescente que vivía entre libros de lunes a viernes, y los fines de semana también. De setiembre a junio, algunas veces, en la universidad, también julio y agosto. No te agobies, me decían... cuando termines tendrás un trabajo y dinero y podrás vivir la vida.

Yo era aquella graduada universitaria que trabajaba en consultoría, de lunes a viernes, a veces sábados y domingos. Entre semana, en Madrid, y los fines de semana, intentando recuperar el tiempo perdido con amigos a los que recuperé después de tantos años de renuncias por estudiar en la universidad. No te preocupes, me decían, ya llegará la estabilidad económica y profesional, y podrás relajarte y disfrutar de tu tiempo libre.

Yo era aquella madre de tres hijos que sacrificó su carrera en el mundo de la consultoría para descubrir el mundo de la informática de sistemas en el sector bancario. Tenía jornada intensiva 3 días a la semana y podía estar en la puerta del cole para pasar la tarde con mis niños. Renuncié a poner los pies en la ciudad para trabajar, a cambio de una buena conciliación familiar y laboral Fueron tiempos muy buenos, de trabajo en equipo y de aprender mucho, a pesar de esas guardias semanales que me hicieron odiar de por vida el timbre de una blackberry. No tenía más que preocuparme por mi trabajo, en las horas de trabajo, y mi familia, el resto del tiempo.

De todo eso hace mucho tiempo.... De mi trabajo,, ahora hace 7 años. Muchos “no te preocupes” no se llegaron a materializar. Viví siempre preocupada por el sacrificio, esperando la recompensa.

7 años en los que he tenido que aprender a vivir como "facilitadora de". Mi trabajo es muy importante, claro, porque estoy levantando 6 proyectos de vida, que van des de la experimentada etapa de la primera infancia (ahí tengo máster y pos-grado ya, con seis....) a la adolescencia (aquí me matriculo cada año de un nuevo curso, con nuevos profesores y retos.... telita los 14 que se vienen....)

7 años en los que he tenido que aprender que pinta tiene un día normal, no a través de las ventanas de la oficina, si no mientras te da el viento en la cara, mientras todos trabajan y yo estoy en la calle, o comprando, o en casa con el día a día. Sin comidas de empresa, sin jornadas intensivas, ni fines de semana ni vacaciones, ni reuniones de trabajo, ni cafés en la máquina.

7 años en los que he aprendido a reírme de mi misma, por no ser ya aquella que era, que se pintaba para ir a trabajar, que tomaba un café con leche rápido de pie en la cocina porque tenía que llegar (cada día tarde) al cole para dejar a los niños en la acogida matinal e intentar llegar lo más pronto posible a la oficina, a una reunión o a una puesta en producción de algún proyecto....

7 años en los que mi yo y mi vida está en suspensión, en una eterna rueda de hámster, en la que al final de la rueda está vivir un día diferente. Un día en el que pueda pensar en algo que no sea para otra persona o la casa, un proyecto ajeno a la vida familiar, algo mío y sólo mío....

Estoy en una etapa que ya conozco. Transité por ella el primer año de expatriación.... justo cuando empecé mi excedencia y dejé de tener mi sueldo. Mi propia solvencia económica. Ahora, 7 años después, vuelvo a transitar por este mundo de sombras, por otras causas: necesito ser yo.

Necesito recuperarme.

He dicho en voz alta la palabra: depresión, burn-out. Pero parece ser que, por el mero echo de reconocerse en este universo, la gente no te da el valor. Supongo que piensan que si eres capaz de identificarte de esta manera es que "no estás tan mal".... Supongo que esperan que un día no quiera levantarme de la cama.... o me olvide de vestirme y salga a la calle, bajo la lluvia, como una poseída, gritando algo indescifrable y con los pelos enredados.

"Los síntomas
(https://www.serpadres.es/familia/derechos/articulo/sindrome-de-burnout-mamas-agotadas-y-estresadas-por-exigirse-demasiado-831467196092)
  • Agotamiento físico. Por el bebé, por sus horarios que no son nada compatibles con lo que estamos acostumbrados, etc.
  • Ganas de llorar, tristeza y sentimientos, en general, negativos.
  • Aislamiento social.
  • Pérdida de apetito y, por tanto, de peso.
  • Dificultad para dormir.
  • Pérdida de intereses y de motivaciones.
  • Estado de nerviosismo constante, así como dificultad para concentrarse.
  • Dolores: de cabeza, de estómago, etc.
  • Sentimiento de fracaso, de agotamiento e impotencia y, además, dificultad para pensar con claridad."

Bien.... el primer paso es reconocerlo. Ya lo he hecho... El segundo es poner remedio... y aquí viene lo más desesperante...

"Cómo evitarlo (https://www.serpadres.es/familia/derechos/articulo/sindrome-de-burnout-mamas-agotadas-y-estresadas-por-exigirse-demasiado-831467196092)
  • Ante cualquier síntoma que notemos, veamos que la situación se nos va de las manos o estemos cambiando nuestra forma de ser, es importante acudir a nuestro médico o especialista para que nos ayude y nos dé el tratamiento que crea conveniente.
  • Es importante saber qué es lo que necesitamos en cada momento. Si nuestro cuerpo pide un descanso, hay que dárselo.
  • No estamos solos en la tarea de ser padres. Tenemos gente que nos ayuda: nuestra pareja, padres, amigos e incluso en algún momento podemos dejar a nuestros peques con un canguro para poder tomar el aire solos.
  • Si nos sentimos muy estresados podemos optar por hacer actividades relajantes: yoga, mindfulness, practicar pilates, etc. Todas estas actividades están, de hecho, recomendadas para niños.
  • No te olvides de seguir unos hábitos saludables: una dieta correcta, hacer ejercicio, descansar…Todo ello nos ayudará a llevar una mejor vida, además de que estaremos relajados. ¡Importante! Hay alimentos que te ayudan a combatir el estrés y otros, por el contrario, te dejan más cansado."
Médico? Especialista? Tratamiento? Me van a recetar tiempo y espacio? Eso se compra en farmacia?
Sé lo que necesito! El problema es que no puedo dármelo!
Si... estoy sola la mayor parte del día, de la semana, del fin de semana... Somos la familia de la custodia compartida por necesidad. Y lo de las actividades relajantes.. mejor no hablamos... Ah! Mira! Lo de la dieta lo han clavado! Nada más lejos que dieta saludable, ejercicio... Cómo era eso? El cacao es una planta y cuenta como ensalada? Intentar vestir a tigre cuenta como ejercicio?

Vivo atrapada y no hay ninguna variable que he podido identificar como posible punto de partida para cambiar las cosas. Necesito dejar de ser sólo madre para ser mujer, amiga, compañera, profesional, confidente, hermana, hija, vecina, estudiante,.... lo que sea o todo a la vez...

No hay escapatoria.
Al menos en los próximos tres años.

Y se que en parte es debido a que super-re-peque ha resultado ser un bebé-tigre al amamantarlo, un bebe-pulpo al vestirlo y un bebé-gato al bañarlo....pocas horas de descanso, sueño o tranquilidad, y menos ahora que gatea y se pone de pie... no hay descanso para el guerrero....

Y me muero al llevar tanto tiempo con la vida puesta en pausa. Y supongo que la escasez o ausencia total de proyectos vitales también me queman por dentro. Quiero llorar. Quiero dormir. Quiero gritar. Me quiero ir y dejar de ser yo.

Ni soy el yo que fui, ni lo volveré a ser a corto plazo, o jamás! Y eso me irrita. Porque, cuándo voy a vivir? Cuándo tendré mis espacios y mis dimensiones?

No me malinterpretéis... Creo que mi labor es indispensable y que es lo mejor que he podido hacer por mis hijos... El problema reside en el echo de que no tengo válvula de despresurización.

Demasiado tiempo sostenido en este nivel de vigilancia continuada, de ignorar mis necesidades, de decirme que "yo estoy bien si ellos están bien".... Imagino que siento algo parecido a lo que siente un soldado en el campo de batalla, cuando llevas demasiado tiempo en alerta....

Pues bien.... también es cierto que "ellos están bien si yo lo estoy". Creo que llega el momento que por mi salud y mi estabilidad, en ciertas cosas me tengo que poner delante.

De momento, escribo esta entrada en mi hora diaria de dedicación personal. Creo que tener una hora diaria en la que me doy permiso a mi misma para hacer alguna actividad que no sea para nadie más que para mi misma, lo más sola que pueda, es vitalmente necesario. Lo ideal sería poder estar sola durante esa hora... y de momento, en los pocos días que lo llevo poniendo en práctica, ninguno ha sido así... ya que las niñas me han seguido a todas partes... Ahora mismo, sin ir más lejos, aquí encerrada en mi despacho, tengo a mis tres princesas caramelo durmiendo en el suelo, con sus cojines y sus mantas y sus colchones. Les encanta. Es un imán. Entro aquí y antes de que cierre la puerta ya llega super-peque llamándome a gritos.. y tras ella, re-peque y peque (ya no tan peque) peleándose por un trocito de suelo a mi lado. 10 minutos y ya duermen... pero no estoy sola.

También me "he pedido" comer con el padre de las criaturas al menos un día a la semana. Un momento en el que, aunque tigre nos acompañará siempre, "al menos" estaremos "solos" los dos y podremos tener conversaciones sin interrupciones o tener que dar instrucciones a alguien sobre lavarse los dientes, compartir cosas....

Y finalmente, me he pedido disponer de una mañana o una tarde a la semana, aunque de vez en cuando al mes también me vale, para poder salir, cambiar de aires, tener conversaciones de adultos, ir al cine de adultos o hacer algo que hacen los adultos como algún taller o curso de adultos. Donde, muy importante, es que el concepto "adulto" quede realmente contrastado.. No entrarían en esta modalidad el concepto "llevar al cine a las niñas" o "tarde de chicos o chicas"... No. Adulto significa mayor de 30 como mínimo y lleva implícito el concepto "a solas". De momento, sin planes ni vistas a poder llevar a cabo esta parte del "plan".

Me voy a volver loca, sabiendo que me estoy volviendo loca, y sin poder hacer nada por no acabar loca. Una locura desesperante, que te devora de dentro a fuera, que te hace ver sólo lo que no puedes hacer, encontrarte con callejones sin salida, sola. Necesito muchas cosas que no puedo tener ahora mismo.

Lo pido, lo saben, pero nada cambia.

(foto libre: https://pxhere.com/es/photo/848356)