dilluns, 19 de maig del 2014

Expatriación o transfer?

Hablaba hace alguna que otra semana con un amigo que todavía reside en São Paulo sobre el caso de unos conocidos que pronto también van a regresar de allí, que no es lo mismo vivir una expatriación que decidir aceptar un transfer.

Evidentemente una cosa u otra dependen de las condiciones de cada empresa, pero, podríamos extrapolar un poco de aquí y de allí, de lo que hemos oído en otros casos y lo que hemos vivido personalmente de las dos situaciones (expatriación a São Paulo y transfer a Francia), y construir una lista sobre lo que es una situación u otra.

Estas serían algunas de las conclusiones:
  • Ser expatriado significa: (http://es.wikipedia.org/wiki/Expatriado)
  • que la empresa tiene un interés grande en la movilización del empleado, por lo que suelen ser decisiones unilaterales con una fuerte presión por parte de la empresa para que aceptes el puesto, acompañado de una oferta interesante
  • Estas ofertas suelen ir acompañadas de promoción del puesto, o promoción salarial, más un pago compensatorio al inicio y al fin de la estancia
  • La expatriación suele ir fechada con inicio y fin determinado (aunque en algunos casos es indefinido, pero manteniendo las condiciones favorables de expatriado a lo largo del tiempo), que puede variar desde los dos años a los tres, prorrogables o con opción a transfer local en el destino, con presentación de una nueva oferta
  • Las expatriaciones ofrecen (o deberían ofrecer) las mismas garantías para la família que disfruta en el lugar de residencia habitual: escolarización para todos los hijos en edad escolar a cargo de la empresa (en la escuela que seleccione el empleado o sobre un listado de posibilidades propuestas por la empresa), seguro médico privado, alquiler de vivienda, asignación de un vehículo familiar, etc.
  • En algunos casos, se cubre también el material escolar (libros, papelería, uniformes) y campamentos y estraescolares
  • Para la pareja, ayuda para encontrar trabajo y financiación de algún curso para mejorar el curriculum y adaptarse mejor al mundo laboral del nuevo país, así como curso del idioma del nuevo país
  • Un viaje (o dos) al año, para toda la familia
  • Viaje de emergencia, por defunción o enfermedad grave de familiar (primera línea)
  • Asesoramiento jurídico y ayuda administrativa (para la declaración de la renta, visados, permisos de conducir, etc.)
  • Viaje de reconocimiento, más empresa de gestión de la entrada y la salida: mudanza, hoteles de transición (a la entrada o a la salida, antes de que se disponga de una residencia o una vez se ha liberado y se está preparando la salida).
  • El puesto de trabajo en el lugar de origen se reserva, no se pierde.
  • Ser transferido significa:
    • Básicamente, nada de lo anterior.
    • Una vez se acepta las condiciones de salario y de responsabilidad del nuevo puesto en destino, se determina la fecha de inicio (no existe la de finalización) y se ha de estar allí, se tenga o no vivienda, niños escolarizados o coche. El lugar de trabajo en la empresa orígen se pierde.
    • A no ser que sea precipitada la decisión de transferir, no existe ayuda a la relocación (empresa que te ayuda a buscar casa, contratar los servicios básicos, buscar escuela, y te introduce en la nueva sociedad destino)
    • Escuelas, alquiler de vivienda, coche, viajes anuales de la familia hacia el lugar de origen, mútua médica, etc. a cargo del empleado.
    • No curso de idiomas ni ayuda a la pareja para encontrar trabajo o mejorar su currículum

Anímicamente, vivir una expatriación puede ser un drama (si es impuesto y no se acepta esta etapa) o se puede vivir como una oportunidad. La temporalidad, el tener una fecha de finalización, te hace pensar que estás en unas vacaciones un poco más largas de lo habitual. A veces se aprovecha para ahorrar y liquidar deudas (pagar la hipoteca) y otras para viajar por el nuevo país de destino y enriquecerse culturalmente hablando.

Se trata de una etapa diferente, en la que, por ejemplo nosotros, nos sentimos muy especiales y afortunados de haber podido vivir una experiencia de este tipo, aunque somos conscientes de que no todos los expatriados se lo toma de esta manera y hay quien sufre terriblemente el desgaste de estar lejos de la familia y de la cuotidianidad habitual, el confort que les supone estar en su lugar de origen.

En el fondo, cuando aceptas una expatriación, sabes que, de no gustarte ese destino, siempre vas a volver a casa, siempre vas a "ganar" por aceptar, ya sea en experiencia o en ahorro, en idiomas u oportunidades de conocer lugares y gente nueva.

En general, suele ser una apuesta segura, y sabes que siempre puedes volver a casa, ya que muchas familias como nosotros no venden o alquilan su vivienda orígen, si no que la mantienen para cuando vuelven por navidades y verano, y pensando en el día que finalmente terminen la expatriación.

Otras deciden alquilar su vivienda, y otras simplemente no disponian de ella, por lo que cancelan su alquiler y todas las pertenencias se las llevan consigo al nuevo país de expatriación, así cuando regresan vuelven a empezar de cero, con los ahorros quizás reunidos durante esos años.

En cambio, un transfer quizás sea algo que se deba mirar con más deteminiento. En principio es una decisión "sin vuelta atrás", ya que dejas tu lugar de trabajo y marchas a empezar de cero (quizás no) al nuevo lugar destino. Eso significa que, en principio, no se va a volver a trabajar allí. Hay que cancelar gastos que sabes que no vas a volver a usar (cerrar cuentas de banco donde se tenía la nónima y dejar las mínimas para mantenimiento de la casa, si es que no se decide vender), quizás aún se tenía pólizas médicas, que habrá que cancelar, puesto que ya no se reside allí y no se cubren situaciones de residencia en el extrangero), significa que el cónyugue no puede irse con una excedencia, puesto que se sabe a priori que no hay vuelta a trás a no ser que se deje el traajo, etc.

En general da más vértigo y uno se siente también más solo. Nadie te ayuda a realizar los trámites burocráticos, ni a realizar las declaraciones de la renta del país origen ni el destino, uno corre con la cuenta de los imprevistos si hay que volverse rápidamente al país orígen por emergencia familiar. Coche y seguro médico se han de preveer y la mudanza te la tramitas tu mismo.

En definitiva, siempre que se pueda escoger, la expatriación te permite sentirte más arropado, mientras que el transfer es como vivir una emancipación total en tierra hostil.

La verdad es que, con calma y precauciones, riesgos limitados y mucha paciencia, uno va saliendo poco a poco de la piel del expatriado y se mete en la vida del transfer. Se echa de menos poder tomar decisiones en base a presupuestos ajustados a la empresa y no tener que estar midiendo constantemente los riesgos y los márgenes de seguridad, pero en el fondo no deja de ser otra oportunidad de crecer, experimentar y vivir una aventura que, de otro modo, sería muuy difícil poder vivir.

Nosotros no nos arrepentimos de habernos transferido pero si que cambiaríamos algunas cosas. Las empresas se desentienden completamente, y más en tiempos de crisis, de lo que supone para una familia decir que si a un transfer, por mucho que se sepan a priori las condiciones del mismo. Yo llevo siete meses, casi ocho en este país, y no he recibido clases de francés porque no he optado a plaza de guardería para la repeque y las privadas se nos salen del presupuesto. Así que, al estar todo el día en casa (en São Paulo iba a la guardería), yo no puedo asistir a un curso, y sin hablar el idioma, no puedo reunirme con las profesoras de los niños, o ir al médico sin tener a alguien al lado que me ayude con los temas más "comprometidos". Creo que las empresas deberían tener un documento que facilitara la reinserción de las famílias en trasnfer, con contactos, recomendaciones o algunas referencias de contacto que beneficiaran a los familiares de los empleados. Eso ya hubiera sido algo que nos hubiera facilitado más nuestro aterrizaje aquí.

Así que ya véis que las diferencias suelen ser bastante abismales entre una opción u otra. Si podéis escoger, pensad bien en cuales son vuestras circunstancias y vuestras necesidades.

diumenge, 4 de maig del 2014

Chimay: vacaciones de primavera y visita de amigos

Desde agosto que estávamos esperando este momento! La visita de nuestros amigos y sus dos hijos. Llegaron el martes por la noche, ya casi la madrugada más bien, y se han marchado esta tarde, vía Bruselas.

Han sido días de risas, de charlas, de ponernos al día, de hacer planes, de recordar anécdotas de nuestros viajes anteriores, que en 25 años han habido de todo tipo, de ver a nuestros hijos jugar y reír, y comprovar que tenemos mucha suerte de que se lleven tan bien, a pesar de la distancia.

Con nuestros amigos, años atrás, hemos compartido viajes a Alsacia, a Normandía, viajes ajetreados con anécdotas divertidisimas, de esas que te echas unas risas ahora al recordarlas, pero que fueron problemones en su momento. 25 años, o más! Porque no los contamos! En los que hemos crecido, madurado, compartido alegrías y penas, pero, lo que más me gusta destacar, es que los hemos superado, y a pesar de la distancia o de épocas de menos contacto, seguimos compartiendo y cuidándonos. Me gusta decir que somos familia, porque así lo siento.




Así pues, hemos hecho planes en los que el descanso en casa ha sido lo último en lo que hemos pensado, muy a pesar de los niños, que se hubieran pasado todo el día jugando en el jardín.

El primer día lo aprovechamos para enseñarles un poco nuestros alrededores, ir de compras, aprovechar para proveernos de quesos y de productos típicos de la zona, cosa que siempre llama la atención a nuestras visitas y les sorprende, con visita nocturna a Lille incuída.

El segundo día viajamos a Brugges. Una visita de la que disfrutamos muchísimo, horas y horas de caminar por la ciudad, acompañados de un día estupendo de sol y buena temperatura. Como de Brugges ja hablé en este blog, sólo añadiré que, cada vez que visito la ciudad descubro nuevos rincones y nuevos lugares. Esta vez, visitamos los canales, alguna iglesia y aprovechamos para hacer alguna que otra compra en las chocolaterías que se encuentran por toda la ciudad. Una delicia!

El tercer día, y de lo que os quería hablar, visitamos el pueblo, la abadía y el restaurante de Chimay. En esta casa, los hay de muy sibaritas en cuanto a cerveza, vino y demás (yo no "trabajo" ninguno, así que no entiendo mucho del tema, ni soy una buena partener con quien compartir una buena botella). Así que el padre de las criaturas ha de esperar oportunidades como esta, la visita de amistades, para poder disfrutar de una buena cata/degustación. Y más teniendo en cuenta que venimos de tierra de vino y de cava, el Penedès! Así que, para allí que nos fuimos!


"La Chimay est une bière trappiste belge, produite à l'Abbaye Noatre-Dame de Scourmont.
Elle est l'une des six bières en Belgique autorisées à arborer le logo hexagonal Authentic Trappist Product garantissant que le produit est fabriqué au sein d’une abbaye trappiste, par ou sous le contrôle des moines, et qu'une partie des revenus de sa commercialisation est consacrée à des œuvres caritatives.
En 1850, le prince de Chimay invite les moines de l'abbaye de Westvleteren (Flandre-Occidentale) à fonder une nouvelle abbaye cistercienne. Dès 1862, de la bière est produite avec une eau particulièrement douce[réf. nécessaire].
Aujourd'hui[Quand ?], la production dépasse 170,000 hectolitres (plus de 10 % du marché des Bières trappistes et d'abbayes, dont environ la moitié est exporté[réf. nécessaire]) et ce sont des laïcs qui réalisent l'embouteillage sur le site de Baileux (40,000 bouteilles à l'heure) pour ne pas perturber la vie monastique.
La bière de Chimay n'est ni filtrée, ni pasteurisée."

La denominación "Cerveza auténtica trapense" sólo se otorga en el caso de ser un producto 100% fabricado dentro de monasterios cistercienses, como es el caso. (más información http://fr.wikipedia.org/wiki/Produit_trappiste_authentique)




Así que, cogimos los coches, cogimos a las criaturas (las 6!) y nos dimos un viaje de 1'45 minutos hasta la primera parada, que por ser ya la hora de comer, fue directamente el restaurante:


Destacar que este restaurante, y la abadía en si, se encuentran en medio de la nada. Entre campos y bosques! Un paisaje precioso para disfrutar, tanto del rato en coche, como de un paseo a pie por la zona! Increíble lugar!

No teníamos muy buen día (comparado con el anterior en Brugges! Que tuvimos un sol radiante!) así que el exterior, un parque infantil, tanto por el frío como por la ausencia de sol, no fue muy disfrutado (almenos por los adultos, a los niños parece que les da bastante igual que todo esté húmedo o haga frío! Je j ejeje) Tienen una terraza desde donde puedes tomar algo o disfrutar de la comida mientras los niños juegan a escasos metros.
Así pues, de exterior muy poco, y nos fuimos directamente dentro. Se trata de un restaurante bar donde la carta se basa principalmente en la cerveza (tanto en la degustación como ingrediente de salsas, pan, ec), como en sus quesos, de varios tipos, también para degustación, o acompañamiento, salsas, etc.
El precio es moderado y para los niños cuentan con gran variedad en su menú.

Después de la comida (y de sus postres! Mmmm) y una vez los niños habían vuelto a saciarse (un poco) de su hambre de juego en el parque, entramos a visitar el pequeño museo que tienen en el mismo restaurante, junto con una tienda de sus productos, quesos y cerveza, y otros recuerdos.

El musep, muy interesante, cuenta la historia de la abadía y de sus productos. Tiene apartados interactivos, vídeos, fotos, etc. Y es rápido de ver (6€ la entrada) aunque al final tienes derecho a una copa de cerveza de degustación (y de agua para los que no bebemos, claro). Salimos de allí con una botella y unos cuantos quesos, aunque nos costó un poco dejar allí todos los peluches, bolis y demás objetos llamativos que los niños nos pedían.

Una vez acabada la visita, y haber pasado de nuevo por la zona parque (la próxima vez, mejor dejamos los coches en la puerta principal! Je je je je) fuimos a visitar la abadía:

La entrada es libre y se puede visitar los jardines interiores, la iglesia, el cementerio, pasear por los alrededores, etc. A destacar, el climax de silencio y paz que se respiraba allí. Fácilmente, te transportas al pasado, imaginando la vida de estos monges, orando y trabajando en su jardín, a ratos haciendo cerveza, a ratos cuidando de los quesos. En el jardín, presidiendo la entrada, se muestra majestuoso un séquoia de más de 130 años.

A continuación, nos dirigimos a visitar el pueblo de Chimay, pero a esas alturas el tiempo ya era bastante molesto: frío y viento, a las 6 de la tarde. Los pequeños y las madres nos quedamos en el coche, mientras que el resto de la comitiva fue al centro de la localidad, zona peatonal, para hace runas fotos. A destacar, el castillo de Chimay, que para visitar cuenta con unos horarios muy restringidos y que recomendamos que sean consultados con anterioridad a planificar un dia en la zona, puesto que, como nosotros, tuvimos que escoger entre tener una comida y una visita al museo tranquila o salir corriendo a primera hora de la tarde hacia el castillo.

Y después de conocer el pueblo, nos volvimos para casa. En realidad, el plan original incluía cena en Valenciennes, en nuestra crepperie preferida, pero el cansancio del día anterior y el acumulado durante ese día nos pudo más, así que decidimos cenar unos cereales en casa... que acabaron siendo una degustacion de quesos, foie y alguna que otra cerveza (zumo de limón para los no alcohólicos), je je je je

Finalmente, el sábado, día de partida, llegó. Como el vuelo era desde Bruselas, decidimos pasar el día allí, quizás visitando el atomium y la europa en miniatura (http://www.minieurope.com/) y comer por la zona.

Pero el cansancio ya a esas alturas de la semana, después de los madrugones, los paseos, las horas de coche, trasnochar.... eran ya realmente fuertes y no pudimos madrugar lo suficiente para todo. Así que nos conformamos con comer en el brupark, en el restaurante brasileño (mandioca, feijoada, picanha, salgadinhos mmmm pero no pão de queijo! Ohohohoh!) y ver el atomium desde fuera, con visita a la tienda incluida, y de nuevo niños llorando porque comprar camisetas de recuerdo para ellos no era lo que tenían en mente como comprar algo divertido... en fin!)






La verdad es que, de la cantidad de veces que hemos estado en los alrededores del atomium y no habíamos descubierto todavía el brupark! Las veces que nos hemos quedado por allí a comer, hemos acabado sentados en el césped, con un frankfurt de alguna barraca frit de la zona! Cuando a escasos 100 metros hay una multitud de restaurantes, a cual elegir!


Muy recomendable, para pasar un día tranquilo cerca del atomium, con entradas conjuntas al parque mini europa, el parque acuático o el planetario.

Y con estas, llegó el momento d ela despedida, de volver a casa, de empezar con las lavadoras acumuladas, poner orden a la casa, preparar las mochilas para el día siguiente y volver a la rutina, porque, después de dos semanas de vacaciones escolares, todos necesitamos volver a madrugar, a los horarios habituales y a nuestros compromisos diários... La UOC no va a saber ni quien soy!





Ah! Feliz día de la madre a todas las madres! Aqui lo hemos celebrado con una barbacoa, aprovechando este tiempo de primavera :)