dijous, 27 d’agost del 2020

Un verano "como nunca"

 

Hace ya una semana que cerré mi casa en Barcelona y dí por acabada la temporada de verano, tanto por lo que se refiere a las vacaciones como a la temporada estival.


De vuelta a la rutina.

De vuelta a las nubes, al frío, a los pijamas de invierno, las mantas, los zapatos cerrados

De vuelta al norte, en definitiva.


Si tuviera que escoger una frase con la que definir mi verano, esta sería:


«Un estiu com mai»


Un verano como nunca.


Y me preguntaban mis amigas, que es lo que hacía definir este verano como uno tan «como nunca».


Y la respuesta es clara.


Mi actitud.


Si hace unos meses, en pleno confinamiento, hablando en familia, no veíamos que fuera posible tener un verano en Barcelona y, al final, ha sido posible, el echo de pensar que no íbamos a tener la posibilidad de volver a casa, de ver a nuestra familia, abrazar a nuestros amigos, etc. ha hecho que todas esas sensaciones y vivencias hayan sido únicas.


Primero, por pensar que no se abrirían las fronteras.

Segundo, por pensar que nos confinarían en cualquier momento.

Tercero, por pensar que nos cerrarían la frontera, de la noche a la mañana, y tuviéramos que salir corriendo.


Todo eso, ha hecho que vivamos cada día de manera especial. Exprimiendo todas las posibilidades, aceptando cada día lo que se nos propusiera, apeteciera o ocurriera.

















Ha sido un verano de disfrutar de playas nocturnas, con baños de luna, que ha sido la delicia de los más pequeños, creando recuerdos que espero que nunca olviden.

Cenas en el chiringuito de turno, tras una tarde de playa con lluvia, cuando pensábamos que iba a ser imposible poder disfrutar de una normalidad absoluta como es comer unos chocos en la playa. Qué buenos que estáaaaaan!

Planes con toda la familia, con la versión reducida (sólo los 3 pequeños, o los dos, o uno!) planes a 2! El verano es un momento en el que los abuelos y los amigos entran en escena y nos permiten disfrutar de versiones más reducidas de la familia. Los más pequeños lo necesitan y nosotros, por fin, podemos disfrutar de una «soledad» y «intimidad» que en Francia nos es imposible.

Aprovechando que la ciudad ha estado libre de turistas, hemos decidido aprovechar la exclusividad de la circunstancia para visitar lugares emblemáticos de nuestra ciudad, que en otras circunstancias nos hubiera dado pereza.... Visitas al Park Güell, a la sagrada familia, a la casa Batlló, la pedrera, paseos por el Eixample. Ha sido el mejor regalo de este verano excepcional

También he podido hacer algunas escapadas a solas. Tengo necesidad de, de vez en cuando, poder hacer uso de mi individualidad y quedar con amigos que no son comunes a la familia. En esta ocasión, un concierto en el camp nou de Amaral, quedar con amigas de EGB para pasear por mi barrio de Gràcia, tomar un té, o conocer Sant Pere de Ribes en compañía excepcional, una cena en un restaurante oculto para turistas o participar de un tour privado por unas bodegas centenarias no abiertas al público general, descubriendo unos licores excepcionales incluso para mi! Que no bebo! Fue un regalo de experiencia, y seguro que uno de los recuerdos especiales de este verano.

Y las noches que se hacen de día, con amigos, con una vista excepcional de la salida del sol, desde el banco de la amistad! Qué gran regalo poder tener estas soirees con los amigos, que vienen dispuestos a pasar el fin de semana a tu casa, una bbq y una buena piscina. A veces no hace falta nada más, siendo conscientes de que tenemos una suerte infinita de poder disfrutar de ellos y de estos encuentros!

Por supuesto, esas salidas sorpresa que te montan tus amigos que acaban de madrugada paseando por Sitges y un paseo en moto por las costas del Garraf. Que sensación notar el aire a 120, al lado del mar! Y pensar, que hace tan solo unos meses, estábamos encerrados en casa. Ese paseo en moto es un lujo de recuerdo que voy a mantener para los momentos en los que piense que la vida se me hace tediosa o difícil. La sensación de libertad, de espacio exterior, de ser yo misma!


Todas estas experiencias, con niños entrando y saliendo, en casa de mil amistades, recorriendo el verano en bici, viviendo la adolescencia como nunca, casales y escuelas de verano que han sido la delicia de la normalidad y que me permiten compartir desayunos infinitos con amistades increíbles, o poder tener un Karaoke urbano (quien nos iba a decir que podríamos salir una noche!)

Comidas familiares, piscinas para el recuerdo, meriendas multitudinarias que son ya una tradición....


Mil planes, recuerdos, experiencias.... Creo que todos hacemos un balance más que positivo.


Tanto es así, que volver se nos ha hecho muy difícil.


A todos.


Por muchas razones.


Y cada vez pesa más la decisión de vivir aquí en Francia.


Porqué vivimos aquí, teniendo lo que tenemos allí? Me pregunto.... y me imagino volviendo a mi Barcelona. A ser yo. A trabajar, a pisar la ciudad, a poder quedar con mi familia por cumpleaños, o improvisar una cena con amig@s porque he tenido un mal día....


EStamos aquí, claro está, porque aquí está  el trabajo y la oportunidad de dar unos estudios de calidad a los niños... pero......


A qué precio?


Al precio de sentir que se te rompe algo en el corazón cada vez que tienes que cerrar tu casa y meter tus cosas en el coche para recorrer 1200km, sabiendo que hasta dentro de unos meses, la vida va a parecer que está en stand by.


No quiero pensar que, dentro de unos años, todos nos reprochemos las elecciones que hacemos, que nos mantienen todavía aquí en el norte.


Quiero que nuestra actitud también cambie, y seamos capaces de hacer como este verano.


Tomar lo que tenemos como lo mejor que nos puede pasar cada día, y aprovechar el momento, aunque, en este caso, sea diametralmente opuesto a lo que queremos.


Así que, con el balance tan positivo que hacemos de este verano excepcional, el reto está en canalizar toda esa energía positiva que hemos almacenado estos días, para sacar todo lo mejor de las oportunidades que tenemos aquí y ahora.


Algunas decisiones se están madurando, perfilando, concretando....


Personalmente, tengo mucho trabajo por delante.


Y pienso afrontarlo con la misma determinación positiva que ha hecho que este verano, día a día, fuera lo mejor que pudiera dar y recibir de la vida.


Próximamente, espero poder contar más detalles de lo que se cuece.....