dijous, 7 de juny del 2018

Viaje de los "Felices siempre 20"


Mi hermana cumple 30.

Es mi hermana pequeña. Le he cambiado pañales, dado biberón, papillas, vestido, bañado, peinado, llevado al cine, acostado... y ya va a cumplir treinta. Me parece súper fuerte. Aunque me la sigo mirando con ojos de “eres la pequeña”, la verdad es que se ha convertido en toda una mujer responsable, sabia, comprometida, responsable, amiga de sus amigos y apegada a su familia. Hemos tenido nuestros momentos de más y de menos, claro, son muchos años los que nos llevamos, los justos como para que no haga muchos años que empecemos a encontrarnos, porque hasta ahora me sacaba de quicio, evidentemente, porque su experiencia vital y su madurez estaban todavía años luz.

Ahora nos hemos encontrado en esta etapa de la vida donde atrás quedan los desencuentros en los que yo ponía los ojos para atrás cuando la oía hablar de lo importantes que eran sus problemas con sus amigos, o cuando me sacaba de quicio por no aprovechar más sus estudios y su potencial. Es una técnica de sonido excepcional, lo demostró en su etapa teatral y de bolos musicales, y ahora como ceo de un canal de deportes súper conocido. La he visto madurar, sentar la cabeza, razonar coherentemente, y me siento súper orgullosa de la evolución que ha tenido, de sus logros, de su potencial proyección. Eso, da tranquilidad.

Y por todo eso y porque tengo las mejores hermanas del mundo mundial, decidimos prepararle una fiesta sorpresa... El echo de que ella lleve meses recordándonos que quería que le montáramos una sorpresa no ha influido para nada.... nooooo!

Así que, como su cumpleaños es a finales de junio, pues a principios de enero nos pusimos manos a la obra: listas de whatsap para contactar con sus amigos, buscar local, quien hace el pastel (menudo pastel!), fotos para una presentación, vídeos con felicitaciones, el regalo... Todo esto da para un post! Pero sólo diré que la organización, que en mayor peso ha recaído en mi hermana mediana, que para quienes la conocen saben que todo lo que ha hecho vale un imperio, ha sido de 10! Porque está totalmente fuera de su zona de confort! Y que a pesar de ello, del trabajo y de su poco tiempo libre, ha estado más que a la altura!

Y aunque os podría contar lo que significa participar en la distancia en un evento de esta magnitud.. hoy quería contaros mi odisea para asistir a él.... Y ya avanzo que no fue fácil.... por la misma razón que en mi post anterior... Y es que me persigue el gafe!

Decidimos que el mejor día para la fiesta era el viernes 1 de junio, casi un mes antes de su cumpleaños, por varias razones: porque ella se esperaba la fiesta, y seguro que estaría pendiente de todos los detalles justo esas fechas. Hacerlo con muchos días de antelación nos permitía jugar con mucha ventaja, ya que estaría en la inopia... y así fue. Otra razón de peso era que yo quería asistir si o si, y lo tenía muy complicado por fechas de exámenes y festivales de final de curso. Así que nos decidimos por el 1 de junio, y compré los billetes directos Lille-BCN con meses de antelación. Qué podía salir mal? Ir a BCN desde Lille, que está a 10 minutos de casa, me permitía ir tranquilamente en coche, con una maleta y super-repeque a cuestas, dos horitas de viaje, y ya. Me venían a buscar al aeropuerto con el tiempo perfecto para llegar al local y preparar los últimos detalles. Fácil! No?

Pues no

El mismo viernes 1 de junio, con la maleta ya preparada, me llama el padre de las criaturas y me suelta que tiene una noticia que no me va a gustar en absoluto. Por un instante no sé de que me está hablando, imaginando que quizás se refiere a algo del coche o de las vacaciones.... Pero no. El vuelo estaba cancelado.

Cancelado.

Y yo con el regalo de mi hermana en la maleta y muchas ilusiones y planes y expectativas de un fin de semana en BCN.... por la borda. Fin de la cita.

Me dice que sólo tenemos tres opciones: reintegro completo y no vuelo. Reintegro y me busco la vida en otros aeropuertos, o la opción de vueling: autobús desde Lille a París Orly y de allí, un vuelo a BCN a las 20:00...

No ir a BCN no es una opción.

Los vuelos desde BRU tampoco, porque no hay desde Zabentem y desde Charleroi valen casi 300€!
Así que, decido lo del bus.... mejor llegar al final de la fiesta que no ir y estar enfadada todo el finde

Así que me reconfiguro. Decido que no me voy a ir sólo con la maleta y el nene colgada en la ergo, que me cojo un cochecito y una bolsa de deporte con juguetes, comida, mudas, pañales... y que a pesar del aumento del equipaje, el aumento del tiempo que me va a costar llegar a BCN lo justifica. Que sea lo que tenga que ser....

Y me planto en el aeropuerto, y en el mostrador ya veo caras largas de gente que se acaba de enterar del mal plan. Me dan tickets de snakcs para la espera, puesto que el autobús va a llegar dos horas después, y una hoja con mis derechos. No está nada mal. Y aunque estoy a dieta y el señor Dukan me mira el cogote todo el tiempo, decido que es buena idea gastar los tickets porque el día puede acabar siendo muy largo. Dos botellas de agua, un bocadillo de jamón y un muffin que me llevo en una bolsa de papel, y que pasa a incrementar mi equipaje “de mano”. Mi única duda a estas alturas es saber si vamos a poder tener una silla adecuada para viajar en autobús, porque no me imagino llevarlo en el regazo todo el tiempo, ahora que venimos de comprar una súper sillita ACM …. me aseguran que contactan con el conductor y que se dispondrá algo adecuado... ilusa...

El peque a estas alturas no duerme. Pasamos del cochecito a caminar por la terminal, que cada vez está más llena de gente que está en las mismas condiciones que yo. Voy sabiendo que una parte de los compañeros de vuelo se van a BCN vía Amsterdam, que está a mínimo 3 horas de coche. Vienen unas navetes de 7 plazas y cargan a unas 20 personas en ellas. Se van.... Yo pienso: que suerte que yo no voy vía Amsterdam, porque me da algo.... ilusa....

Luego también me entero de que, de los que vamos a París, unos vamos en el vuelo de las 20:00 y otros han de esperar hasta las 22:00. Pienso... que mal tener que esperar tanto rato en París... ilusa, de nuevo.

Y es que me dicen que el autobús va a llegar a las 15, y que llegaremos a parís a las 18, que alguien nos estará esperando para ayudarnos a conseguir los billetes para el nuevo vuelo y que hay tiempo suficiente como para llegar y no esperar demasiado en terminal. Y yo me lo creo.

Para empezar, eran las 15:30 y del autobús nada de nada.

Cuando llega, una maravunta de gente nos ponemos a seguir al chico del mostrador de vueling, que nos guía hasta el autobús. El ruido de los trolleys ensordece la terminal, y fuera llueve mucho.
En la fila, mi cochecito topa con otro cochecito. Y allí nos conocemos, mi compañera de desventuras y su hijo de año y medio. Como somos las dos únicas madres que viajamos con bebés y solas de toda la expedición enseguida empatizamos, y nos unimos. Nos sentamos juntas en el autobús y nos disponemos a compartirlo todo en las próximas horas de viaje. No hay sillita para super-repeque. Pretenden que use un elevador, y desestimo la idea. Por suerte, nos ponemos a contra marcha, que ya es mucho...
Mi nueva compañera es la que me revela que no vamos a tardar dos horas, ni tres.... si no más de 4. Viernes, hora punta de salidas de colegio? Atravesar parís? Estamos en la mierda... una frase que me hizo reír mucho pero que nos definía a la perfección.

La verdad es que no esperaba nada en concreto de esas horas en el autobús. De echo, no quise ni pensar en ellas. Mi ideario pasaba directamente de la terminal de Lille al avión, sin pensar demasiado ni en el viaje ni en como iba a conseguir la tarjeta de embarque.... sobre la marcha, ya vería.... Pero de haber pensado en ello, seguro que no hubiera puesto a mi compañera de viaje y a su hijo en la ecuación. Fueron finalmente más de 4 horas, viendo como se acercaba irremediablemente la hora de cierre de embarque y nosotros todavía en un enorme bouchon... Pero su compañía fue crucial para que esas horas pasaran más cómodamente. Hablamos de su trabajo, de mi llegada a Lille, de los niños, de su marido, de todo! Pasábamos del francés al castellano, todo era sencillo y fácil! Y yo pensaba: que suerte de que hayamos coincidido. Comemos galletas,  yogures, y compartimos divertir a los niños, que parece que se ha juntado el hambre con las ganas de comer! porque ninguno de los dos duerme y tienen una fiesta que compite con nuestra paciencia....

Finalmente, el chófer que no tenía ni idea de como llegar al aeropuerto, llama a 4 compañeros para preguntar donde tiene que ir, y marcha atrás mediante por la autopista, finalmente, nos soltó tal cual en un párquing. Allí no había nadie esperándonos, y todos corríamos siguiendo al supuesto cabeza de grupo, rezando que alguien supiera dónde iba. Los niños aguantaron estoicamente el periplo por la terminal, mi cochecito iba a dos ruedas porque las delanteras se habían bloqueado y no había tiempo para parar y ponerlas bien, mientras que otra pareja me ayudaba con mi maleta, y yo rezando para no caerme con esos tacones.

A esas horas, me había abandonado el desodorante, el peinado y estaba descartado cambiarse de ropa. Habéis intentado ir a un baño de un autobus en marcha? es peor que el de un avión... Como hacer pis en una taquilla mientras te zarandean, sin papel ni jabón, para acabar de redondearlo, y aguantándote a una mano sobre el único cm cuadrado que no está salpicado de.... no quiero ni saberlo... en serio...

El vestido y los zapatos que tantas veces había visualizado lucir en la fiesta se habían esfumado. De echo, por unos instantes, había la posibilidad de que el avión hubiera despegado y que tuviéramos que pasar la noche en un hotel en París... Nosotras bromeábamos sobre eso y reíamos imaginando poner a los niños a dormir y nosotras montarnos una fiesta para compensar que yo no iba a estar en la de mi hermana. Compartimos juguetes, pañales, galletas, risas, preocupaciones, carrera por la terminal... pero finalmente conseguimos tarjeta de embarque y pasar el control de seguridad más rápido e inútil de la historia. La verdad es que verte en una situación así, con dos niños tan pequeños, tu equipaje, quitarte los zapatos para cruzar el control mientras alguien analiza el biberón de agua de tu hijo y te hace hacer cruzar a un nene que apenas anda él solito por el arco detector de metales es, como mínimo, surrealista....Reír para no llorar. 

Pero allí estábamos, haciendo cola para un vuelo que nos había estado esperando (aunque eso era secreto para los otros pasajeros que pacientemente esperaban sin saber nada de nosotros) y empezando a creer que sí! Que lo íbamos a conseguir! Ella iría a BCN para encontrarse con sus amigos de estudios a los que no veía en años y yo llegaría aunque fuera para soplar las velas... ilusa...

Nos sentamos en el avión, y a mi me colocaron al lado de una mujer y un hombre que, por lo que parecía, venían también de Lille. La mirada de “oh! Dios mío!” que me dedicó el chico cuando me vio con el peque en el asiento pegado al suyo fue para reír... que menos... Se pasó todo el viaje, este chico, mirando fotos de motos en su móvil, mientras yo luchaba contra pulpo-baby para que no me echara la cena por el suelo o peor! sobre este metrosexual que estaba clarísimo que no quería saber nada de niños, madres ni nada relacionado con la maternidad....

Aterrizamos y.. oh! Sorpresa! No hay finger si no escaleras. Jardinera hasta la terminal, nos reunimos de nuevo con mi compañera de penas y nos vamos directamente a la cinta de equipaje especial. Son las 22:00! mi “chófer” ya me espera para llevarme a la fiesta, puesto que mi hermana no puede evidentemente venirme a buscar como originalmente estaba dispuesto. Primera llamada, dónde estás? Te esperamos para pasar el vídeo. Ok, digo.... recojo el cochecito y en 30' estoy allí...ilusa....

Ni mi cochecito, ni el de ella. Si el de otros viajeros de nuestro vuelo. Ni en la cinta de equipajes especiales A ni la B, ni en la de equipajes normales... Allí no hay nada. Entre ambas cintas especiales hay 1km de distancia, ó 10... me parece que ir de una a otra es un paseo eterno. Los nenes están agobiados. Mi hermana me llama constantemente. Que dónde estoy? Que si el vídeo lo ponen ya, pero que me esperan para el pastel... yo que sé! Haz lo que quieras! Porque yo ahora quiero recuperar el cochecito de marras!

Decidimos poner reclamación. De todos los mostradores de equipajes, todos vacíos y el único que tiene una cola eteeeeeerna es el de.... vueling.

Ahí todos contamos milongas y desgracias... Nosotras no somos menos. Me cruzo con un hombre mayor. octogenario? que vino de Granada para la comunión de su nieto, y que le cancelaron el vuelo, dos veces, y le han perdido el equipaje... Ha dormido en un hotel a 140km de BCN... no quiero saber más, porque ya estoy pensando que mi cochecito no va a aparecer... Aún recuerdo mi último incidente con vueling y la maleta que mandé al futuro....

Finalmente, mi turno. Como puedo, le cuento resumidamente lo ocurrido, y que el cochecito está en paradero desconocido. Seguro? Ha mirado en la cinta B? Bueno... he mirado en las dos, pero en los minutos que llevo esperando en la cola … quien sabe... Efectivamente, reaparece con los dos cochecitos! Y casi le besamos y abrazamos!

Cargamos los nenes y salimos. Ahí está mi amigo, que se ofrece a llevar a mi compañera de periplo a su hotel, aunque tengamos que hacer zig zag varias veces por el eixample porque la calle Girona está cortada por fiesta vecinal. 

Por fin ella llega a su destino. Y como no ha cenado, le doy el snack que cogí en el aeropuerto de Lille: el muffin aplastado y el bocadillo desvalido de jamón y mantequilla....Me sabe mal, pero que menos que un poco de comida para ponerte a dormir con el estómago lleno y recargar energías para el día siguiente. Almenos ellos dos están ya en destino. Nos despedimos, pero sé que nos volveremos a ver, y me permito centrarme en llegar a la fiesta.

Llegamos cuando esta ya se había acabado. Me esperan en la calle y descargo el equipaje casi en marcha. La sorpresa es mayúscula! Me esperan para el pastel! Y finalmente podemos relajarnos, lo justo para que nos invada el cansancio y agotamiento físico después de tanto despropósito. Tengo el gafe, eso está claro. Y mientras respiran el helio de los globos para darse unas risas y personas que sólo conozco de whatsap nos felicitan, me abandono al relax... casi lo había olvidado. Era también mi cumpleaños.

La verdad es que, después de una buena ducha y acostarnos a eso de las 3 y media de la madrugada, mientras que en lo último que me molesta es el ruido de la gente que está en la calle todavía, reflexiono sobre la enorme suerte que he tenido de conocer a mi compañera de viaje y su hijo. Hemos acabado riendo y haciendo bromas de todo lo sucedido, y esto ha hecho más agradable todo lo que nos ha sucedido en esas casi 12 horas de viaje juntas. Mi cumpleaños ha pasado desapercibido, pero todo ha valido la pena.

Y con mi nueva compañera de viaje, quedamos para el lunes, para hacer el viaje de vuelta juntas de nuevo, y aunque esta vez todo fue rodado, al despedirnos en el aeropuerto de Lille sentí una tristeza especial. Espero que nos volvamos a ver, en circunstancias menos estresantes, y que el destino (o vueling) que nos ha hecho encontrar marque el inicio de una amistad.



Espero que sí :) Que si estás por ahí, no perdamos el contacto! y nos tomemos pronto un café un poco más relajadas!

Hasta pronto?? Espero ... 

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