divendres, 13 de novembre del 2020

A por ello!

 Sábado, casi media noche, 24 de octubre.


Procrastino, como suelo hacer, antes de ir a dormir. Sin saber como, facebook me muestra un anuncio de esos que el 99% de las veces ni lees, porque sabes que no va contigo. Esta vez, no sé por que, me he enganchado al titular provocativo: curso gratis, de seis meses, para emprender.


Así que, le dí al link, y mientras me decía a mi misma que sólo quería saber de que iba, que eso de emprender no va conmigo, rellenaba los datos del formulario - sólo para saber que va después, me dije - que esto lo tengo que consultar con el padre de las criaturas, porque es serio.


Bah – le doy a enviar y luego le cuento lo que he encontrado. Total, seguro que no es nada.


Le explico que e acabo de inscribir en esto,  y me mira serio, medio no queriendo ofenderme por mi ilusión e iniciativa, medio con cara de «qué vamos a hacer si te cogen porque esto es para una formación de 6 meses»... a lo que le respondo, que, bueno, supongo que lo mismo que sí encontrara trabajo, no? Pero que, total, no creo que me cojan, porque la inscripción acababa en 24 horas, el lunes, y que yo lo había hecho el último día, con lo que, lo más probable, ya no me puedan aceptar. Bueno, está bien, pero si te cogen, me dice, cómo lo harás? Porque son los mismos días que te tienes que bajar a Barcelona…. Claro… ya sé… pero, primero, no está claro que me cojan, segundo, no está nada claro que pueda bajarme, con la que está cayendo, y si no bajo, no quiero perder esta oportunidad….


Por mi sorpresa, el lunes recibo una llamada telefónica para una entrevista para el curso. Me cuentan que van a hacer una primera selección de interesados, y que si estoy entre ellos, tendré dos días de formación, para acabar de decidir con quienes se van a quedar finalmente. Qué lo sabré en los días posteriores. Pero mi impresión es que no voy a saber nada más de ellos, porque me han preguntado cuantos hijos tengo, y he contestado después de una carcajada nerviosa de "vale, ya me hs descartado"... 


Lo que sí sé en los días posteriores, es que mi viaje a Barcelona se anula, y que el curso se postpone una semana, porque con el pseudo-confinamiento (que ya os contaré otro día) tienen que buscar una solución que respete las medidas sanitarias.


Deduzco, por este mail, que me han seleccionado para el siguiente filtro, y me alegra saber que, aunque no pueda bajar a Barcelona, y que la búsqueda de trabajo se esté haciendo cuesta arriba, voy a tener esta posibilidad de tener dos días de curso. Dos sesiones intensivas, de 9 a 17, en las que voy a estar con personas adultas, hablando de cosas de adultos, en un registro de francés profesional, y sin que nadie me conozca, dónde voy a poder ser yo, sin más. Mi objetivo es disfrutar y aprovechar al máximo la oportunidad: sólo que me consideren para la siguiente fase ya me parece muy importante.


Finalmente, el día 3 recibo un mail, con la fecha de inicio del curso. Serán el siguiente lunes y martes, pero piden reservarse también el jueves, porque puede ser que se haga alguna entrevista personalizada, puesto que el objetivo de estas tres sesiones es escoger al grupo que finalmente va a a integrar el curso.


Bueno, me parece más que genial saber que voy a tener una semana de lo más diferente que he tenido desde que me he expatriado.


El lunes, tras dejar a todos los niños en sus lugares respectivos de estudio, me acompañan al lugar de la formación. Un bloque de espacios de co-working, con salas diáfanas, muy iluminadas, con sofás coloridos, moqueta por todas partes. Me encuentro ya con diferentes personas que esperan en la puerta. En total, 12 personas, de entre ellas 5 hombres y el resto, todas mujeres.


Ya de inicio, hay quien habla más que otras, pero en lo general, nadie muestra sus cartas: somos tod@s rivales. Tener información de más puede significar que alguien saque ventaja competitiva sobre el resto, así que nadie habla más de la cuenta, a excepción de dejar claro quien ya ha hecho varias entrevistas y ha pasado ya otros filtros antes de llegar a esa cita.


Horror! Y yo allí, después de tan solo una entrevista de 5 minutos por teléfono.


No sabía que pensar. El caso es que estaba allí, y quizás ya daba igual como habíamos llegado cada uno de nosotros.


Gente desconocida, desconfiando, observando, y muy nerviosa.


Sí me dicen que hay una cámara oculta grabándonos, para un reality, me lo hubiera más que creído.


Nos conducen a la sala donde pasaremos los próximos días. Nos disponemos, inicialmente, guardando la distancia social, pero rápidamente ya nos piden que nos pongamos a trabajar por grupos, de dos. Primera tarea, ponernos de acuerdo en una serie de afirmaciones en torno a la idea del emprendedor.


No hay que perder el foco de que somos 12 personas que no nos conocemos de nada y que competimos por un puesto en el curso. La prueba es ponerse de acuerdo, no ceder, no imponerse, si no convencer, a otra persona que no conoces de nada y que no tienes información para saber como tratar o como va a responder.


Mi pareja es una chica que no debe tener más de 22 años, y si miro a mi alrededor, a parte de otro hombre que aparenta tener más de 40, el resto no deben llegar a los 25, a lo sumo, alguna a los 30. La media de edad es bastante baja, por lo que, si sumamos al echo de que no he pasado por el mismo proceso de selección que el resto y mi edad, mi autoconfianza está perdiendo puntos por segundos. Hay que sumar también el tema idioma, ya que es muy importante que palabras usas, como te expresas, si entiendes bien todo lo que se está pidiendo. Se evalúan competencias que en alguno de mis otros idiomas no serían un problema, pero en francés sí lo son, porque no tengo experiencia previa. Y eso me preocupa y me crea inseguridad. Intervengo poco, pero intentando ser asertiva. Pánico en todo momento. 


Las dos jornadas se trascurren de manera dinámica y muy enriquecedora. He de reconocer que al final me ha sido muy fácil pasar los dos días enteros en esas sesiones. Nunca había asistido a una formación en la que me pasara 8 horas seguidas manteniendo la atención como lo he hecho en esta formación. Y he de decir que no he entendido a veces lo que se estaba diciendo, no por el idioma, si no por la acústica de la sala y la mascarilla. Un desastre tener profesores que no puedan expresarse sin tener la boca tapada/oculta


Llegamos al martes a última hora, y haciendo un ejercicio en grupo esperamos que nos anuncien los seleccionados para las entrevistas del jueves. Pasan las horas, pero eso no sucede. En su lugar, nos emplazan a venir todos el jueves, para hacer un speech de nuestros proyectos personales. Hemos pasado dos días hablando de nuestras competencias, y ahora vamos a hablar, por fin, de nuestro proyecto. Será en tan sólo minuto y medio que vamos a disponer, el que va a decidir quien va a pasar a la formación y quien no.


Así pues, paso todo el miércoles dando vueltas a conceptos como: problema, solución, valor añadido, legitimidad, mercado… y todo eso, sobre un proyecto que pueda convencer en minuto y medio.


Llegamos al jueves, y pasamos la mañana con otro ejercicio en parejas. Nos anuncian que el speech-teaser será después de comer. Todos pasaremos, de uno en uno, frente a los demás, a exponer nuestras ideas. Algunos lo harán dos veces, por falta de claridad, y otros saldremos sin apenas comentarios. Todo nos hace dudar. Si nos encuentran muchos fallos, quiere decir que estamos fuera? Si no nos encuentran fallos, quiere decir que no les ha convencido ni para comentar?


Llegan las 17h. Todos hemos pasado y nos dicen que recibiremos un mail antes del domingo, diciendo si hemos pasado o no. Que no todos los que hemos estado en el curso vamos a estar el lunes.


Nos despedimos, hasta el lunes, quizás. Un placer, por si a caso no nos volvemos a ver.


Todo muy raro, y desconcertante, pero a la vez emocionante.


Un día más, y van tres, conduzco de vuelta a casa con la sensación de haber hecho un sobre-esfuerzo mental por encima de mis posibilidades, pero a la vez satisfecha, por haber luchado por seguir en el curso y ganarme una plaza.


Es curioso, porque el planteamiento inicial era sólo ver si me llamaban, sólo ver si me seleccionaban para las primeras sesiones, sólo disfrutar de pasar dos días en algo diferente… y ahora me encontraba entre desear que me cogieran para la formación y desear lo contrario, porque estoy totalmente fuera de mi zona de confort.


Así hemos llegado al viernes. 


Hoy no ha habido curso y he podido ponerme al día con las rutinas de cada día. He estado mirando el mail cada hora, refrescando para ver si había novedades sobre la decisión final.


A las 16h30 las ha habido.


Felicidades! Formas parte des de ya de la nueva promoción y te damos la bienvenida a la familia!


No puedo expresar con palabras lo que ha significado este mail. 


Una mezcla de OMG de felicidad y de OMG donde me he metido! El nivel de exigencia es altísimo y tengo un síndrome del impostor que me abruma.


Pero, no sé hacer las cosas de otra manera. Siempre las he hecho así. Quien dijo miedo? Quien dijo que no voy a poder, sin ni si quiera intentarlo?


Esa no soy yo.


Así pues, ahí que voy.


Deseadme suerte.