divendres, 20 de juny del 2014

De exámenes...

Estoy de exámenes

Hace dos semanas que tengo la mesa llena de post-its, subralladores, bolígrafos, libros y apuntes abiertos por la mitad. Mi agenda está llena de planificaciones y se me acumulan los folios con resúmenes impresos encontrados por Internet.

Recuerdo esos días idílicos de estudio de la universidad, donde me levantaba, me vestía, cogía el bus y me plantaba en la biblioteca... 6,8 o 10 horas seguidas, sólo parando para comer, descansos que eran realmente descansos. Compañeros de estudio con los que compartir horas de silencio y concentración, dudas, discusiones sobre teorías y resolución de ejercicios... eso ha quedado muy atrás.

Ahora, mis descansos son para poner la lavadora o hacer la comida, planchar la ropa de mañana o recoger los juguetes por enésima vez. Mis horas de estudio se extienden a todo el momento del día en el que no duermo, no como, no atiendo a los niños o no estoy con las cosas de casa... aunque estas últimas son las que más pagn el pato en la escala de prioridades. Y no hay más compañeros con los que compartir dudas que los que están al otro lado de la pantalla.

Mi tiempo efectivo de estudio se reduce, durante el día, a 10 minutos seguidos de concentración (juas!!) y durante la noche, desde que hay silencio hasta que me invade el sueño (una hora?) El resto, tácticas para maximizar la comprensión (que no la memorización) : subralladores, post-its en los lugares más insospechados, resúmenes a colores, leer, releer y volver a leer, soñar con la teoría que acabas de leer, esquematizar los esquemas, buscar la relación mnèmica que más cómoda me sea y seguir para adelante.

Seguir, porque no quiero dejarlo, aunque haya momentos del día en los que piense que esto no es para mi en esta etapa de mi vida, aunque luego vienen otros en los que el temario me viene a mi y me descubro haciendo una disertación sobre los procesos de la memoria o las etapas del desarrollo infantil según Piaget al costillo o a unos amigos... Entonces, me reafirmo a mi misma y me digo que si, que yo sirvo para esto, y que aunque lento, al final lo conseguiré, aunque por el medio tenga que hacer algún que otro parón.

Y de parones e interferencias, lo que más me desespera. Si me siento a leer me avisa fb de que tengo un mensaje nuevo, o tengo una necesidad imperiosa de mirar si mi whatsup ha recibido algún nuevo mensaje, porque tengo desactivadas las alarmas para que no me desconcentren. Si no es la tecnología, son las necesidades de alguno de los que viven aquí: un vaso de agua, un pipi, la hora del baño y no hay tohallas, ayuda en los deberes... hay horas del día en los que, directamente, sería más beneficioso para mi salud mental no abrir ni los libros y dedicarme a otras cosas, y no dormir por las noches, para aprovechar el silencio para concentrarme.

Cada etapa tiene sus pros y sus contras. Estudiar de adulto es mucho más gratificante, porque uno sabe lo que quiere y para que lo quiere, que le va a costar y que va a poder obtener luego. Por contra, encontrar un entorno favorable para poder seguir el ritmo es dificilísimo, puesto que las universidades no entienden de conciliación familiar. Si estudias es porque puedes seguir el ritmo, sin excepciones, ni una sóla concesión a la individualidad: si tienes una entrega y tu hijo ha tenido una mala noche, con lo que no te suelta ni a sol ni a sombra... pues haberte planificado mejor y haber hecho el trabajo con tiempo... si tienes un examen y coincide con el festival de final de curso de tus tres hijos, pues también te aguantas, tu sabrás que es lo primero :( y así, suma y sigue (he escrito todo este párrafo con la repeque colgada al brazo, enseñándome lo guapa que está después de haberse pintado ella solita los labios de un color rojo intenso que ni Marilyn...

Y el día del examen? Esta es otra! Tengo examen de 20:00 a 21:00, online. Esto significa que, para mi bienestar emocional (y el del resto de la familia) es mejor que pasen el día fuera, hasta que "todo haya pasado". Dónde puedo enviar a 5 personas todo el día? Sin que se agobien? Si los dejo en casa, renuncio ya al repaso final, del que con probabilidad depende el éxito de la prueba, pues necesito trabajarme el aspecto de la seguridad personal. Yo se la teoría, yo puedo aprobar...

En fin! Dejo ya las disertaciones, y me vuelvo al estudio del último tema del examen de mañana... con Frozen de fondo... 

yo puedo, yo puedo.. es mi mantra....

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