Hoy es el día de la madre.
Hace
dos semanas, aproximadamente, lo comentamos entre nosotras. Somos
tres hijas y cuento con mis dos hermanas menores cerca de mi madre.
Ellas
tres están confinadas, cada una, en su casa. Sólo mi hermana
pequeña está compartiendo el confinamiento con su compañera de
piso. Por lo menos una tiene con quien hablar sí quiere, pero mi
madre y mi otra hermana están solas.
De
vez en cuando les hago una llamada a 4 para tomar café y me consta
que entre ellas se hacen diversas llamadas, por lo menos una cada día
para oír a otro ser humano, para ejercitar las cuerdas vocales, para
interesarse por como están, para sentirse menos solas en sus vidas
confinadas.
Así
que, hace ya diversos días que comentamos que hacer este día de la
madre, porque siempre lo hacemos, pero este año es quizás más
importante hacer saber a una madre que no está sola.
Y nos
llevó diversos días e intercambio de mensajes decidir que es lo que
queríamos hacer.
Para mí
era importante que fuera algo que no pusiera en riesgo a mi madre. No
pensé en comprar nada por Amazon que llevara un repartidor a su
casa.
Para mi
otra hermana, lo importante era que fuera algo que realmente a mi
madre le gustara. Esta vez, no sería un ramo o una colonia, porque
el regalo era el significado, la experiencia, y no el objeto.
Para mi
otra hermana, lo importante era la personalización. Algo que
hiciéramos nosotras y lleváramos nosotras.
Y las
tres nos pusimos de acuerdo, y se preparó el regalo, desde el cariño
y el corazón, las disponibilidades y la accesibilidad.
Esta
mañana, mis hermanas han quedado y han ido juntas a ver a mi madre.
Yo he estado presente desde una llamada por whatsapp, y con todos los
medios de seguridad puestos en acción: mascarilla, distancia de
seguridad, geles desinfectantes y demás, el rellano de la escalera
ha sido testimonio del día de la madre más surrealista, higiénico
y distante, pero a la vez, el más tierno, el más personal, el más
emotivo y el más significativo de todos los tiempos.
Y
es que, una vez más, las celebraciones no son días marcados en el
calendario, si no que es la motivación que los hace realidad. Hoy no
es el día de la madre porque sea el primer domingo de mayo y toque, si no porque hoy
muchos hij@s hemos pensado en hacer saber
de manera explícita a nuestras madres que, a pesar de la distancia,
de estar confinados, de ser adultos maduros, de ser a la vez padres y
madres o tener una vida estresante y ocupada que no tiene nada que
ver con el niño o la niña que fuimos, a pesar de todo eso, hoy,
volvimos a decir:
Mama,
t’estimo!
Feliç
dia de la Mare.
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