dilluns, 30 de març del 2020

Días 13.14.15

Días 14,15,16.

No he escrito desde el jueves, porque el viernes me tocó volver a urgencias con number six y acabé agotada emocionalmente.

La principal razón fue el estrés de tener que salir de casa con number six, por segundo día consecutivo, y al hospital, nada menos.



Lo que me encontré esta vez ya fue un poco más alineado con la realidad en otras partes. En urgencias no se podía acceder si no era llamando al interfono. Me pareció una medida peligrosa, ya que todos los que accedemos a urgencias hemos de presionar el mismo botón, y por tanto, un posible foco de contagio.

Una vez dentro, las administrativas ya llevaban medios de protección, había bandas de espera dibujadas en el suelo y la zona de urgencias de adultos estaba ya llena de camillas de gente esperando ser atendida.

Las ambulancias, los policías, los camilleros, todos iban con equipos EPI, algunos incluso con monos enteros, como los usados en china. Todos absolutamente, con mascarillas.

En urgencias pediátricas no nos cribaron en ningún momento sobre el covid, como la primera vez. Las enfermeras iban todas con mascarillas y guantes, y los pacientes eran visitados en box, para luego esperar en la sala de espera interna a pediatría, separados los casos por un metro y medio, y luego te volvían a llamar para la visita con el médico.

Las salas de radiografía se desinfectaban a cada uso y se priorizaban las altas rápidamente, como fue nuestro caso, que pasamos de esperar al cirujano a ser enviados a casa con paracetamol.

Sigo preocupada por number six, pero parece que el tratamiento del último día hace más efecto que los otros dos anteriores y parece que mejora.

Casi al mismo tiempo, a number four se le infecta una mordedura de insecto, supuestamente una araña, que requiere ser drenada cada día. El primer día es tal lo que sacamos de la picadura que nos cuestionamos la conveniencia de iniciar antibiótico, evidentemente consultando con una doctora de Barcelona que nos está acompañando estos días, para minimizar las idas y venidas a farmacias y hospitales. Los ganglios cercanos están inflamados, pero como de momento no hay fiebre, esperamos, día a día, la evolución de la zona. DE momento, con resultados favorables.

Pero ya os podéis imaginar, que con la que está cayendo, esto no me ayuda a estar más tranquila.

Cada vez que pongo el contador a cero, me estreso.

La visita a urgencias de hace dos días me ha dejado bastante preocupada, y más a medida que van llegando noticias de casos cercanos, y me pregunto, con la mala suerte que tengo yo, que nunca me ha tocado ni el reintegro del gordo de navidad, aún voy a caer enferma por mis salidas, sobretodo de estos últimos días.

Cada día leemos el repporting de datos en Francia. El de hoy me ha hecho dudar si en Francia se están haciendo bien estos comunicados, ya que para el Norte nos están dando unos 29 casos de defunciones a causa del virus, desde inicio de marzo, resultando finalmente en menos de 1% de incidencia del virus.

Si esto es así, debería relajarme, porque ya sería muy mala suerte que, por ir a urgencias y a comprar al supermercado, me tocara pillarme el virus... aunque claro, el riesgo está ahí.

Me he propuesto no salir a la calle antes de que se termine el agua y la leche, cosa que aproximadamente sucederá en una semana....

Espero poder alargar el contador hasta ese momento.

Así que, por en cuanto, aquí continuamos con la vida normal de familia numerosa con niños pequeños....

Iniciamos la tercera semana de confinamiento. Y esperemos que pronto se empiece a notar que la curva de contagios empieza a desacelerar.


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